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El ejercicio, más que una moda

27-06-2018 Dr Carlos Zuleta Bechara Vida saludable

En los últimos años hemos visto fortalecerse el concepto de una vida sana, con una alimentación saludable, la práctica de actividad física y el equilibrio emocional que contribuya al bienestar del individuo. Las redes sociales y las nuevas tecnologías de la información nos bombardean de cuerpos perfectos, recetas para dietas y rutinas de ejercicios, tanto que el concepto parece estar volviéndose una tendencia consolidada o una moda. Antes la publicidad o los grandes medios se encargaban de mostrarnos modelos con curvas y cuerpos marcados, hoy además de esto, con solo abrir

cualquiera puede mostrar el resultado de una vida saludable. La revolución industrial trajo consigo un acelerado desarrollo en el mundo, el crecimiento de los procesos industriales, la explotación de recursos y la mecanización de las formas de producir sirvió para construir infraestructuras, mejorar las comunicaciones, hacer conexiones financieras alrededor del globo e incluso llevar al hombre o sus aparatos a otros mundos, pero al mismo tiempo para alargar la esperanza de vida y potencializar el sector de alimentos.

Los enlatados, las gaseosas, las comidas rápidas que colonizaron las ciudades y el desarrollo de hábitos cada vez más sedentarios en trabajos de oficina o frente al televisor han provocado que hoy por hoy, la Organización Mundial de la Salud establezca la obesidad y las enfermedades asociadas a esta como la epidemia del siglo XXI. El sobrepeso pasó de ser un problema estético a un dolor de cabeza para quién lo padece y su círculo cercano. No solo se trata de aumentar de libras o de grasa acumulada en lugares específicos del cuerpo, sino de una condición que desencadena enfermedades crónicas o se convierte en un factor de riesgo para el agravamiento de estas. Por lo tanto cualquier tendencia sana que se popularice y ponga un límite a esta problemática debe verse más allá de una moda.

Los intentos para hacer “mover” a las personas y estimularlas a la realización de actividad física van más allá de una simple recomendación de la medicina, por años los médicos hemos recetado en las fórmulas de nuestros pacientes e incluso lo hemos señalado en letras rojas la invitación a gastar unos cuantos minutos a la semana a mover el cuerpo para fortalecer el corazón, reducir medidas y mitigar el paso de la edad, entre muchos otros beneficios. Pero estas recomendaciones se han convertido hoy en la bandera de batalla de gobiernos y entidades gubernamentales del planeta que ven en el ejercicio físico una salida para aliviar problemáticas sanitarias que afectan a grandes poblaciones y se convierten en una carga muy grande para los sistemas de salud de los países, especialmente de los llamados desarrollados o de primer mundo.

Es así como hemos visto aparecer a la mismísima Michell Obama, Primera Dama de los Estados Unidos y una de las mujeres más importantes y con poder del planeta en escuelas, colegios, universidades, programas de televisión, conciertos o en la misma Casa Blanca con atuendo deportivos y de la mano de grandes celebridades, corriendo, saltando o bailando para promover los hábitos saludables entre los habitantes de su país, especialmente en niños y adolescentes. Es que el país del tío Sam es un claro ejemplo de altísimas cifras de obesidad, diabetes o hipertensión en una sociedad industrializada y sedentaria. La “First Lady” se ha salido de su rol elegante y diplomático para ir más allá, se ha convertido en un fenómeno mediático, con un mensaje bajo el brazo “Let´s Move” o “Vamos a movernos” en español.

Mientras algunos gringos son reyes del deporte mundial y en una fuerte lucha con potencias como China, Rusia o Reino Unido han ganado a lo largo de la historia Juegos Olímpicos o campeonatos del mundo de baloncesto, natación, atletismo, entre otros; miles de sus connacionales permanecen pasivos frente al televisor o la computadora, llenando sus estómagos de comida rápida y gaseosas con alto contenido de azúcar. Paralelo a eso las multinacionales de la alimentación, generadoras de empleo e impuestos para el Estado, bombardean a los consumidores con sus anuncios publicitarios e incluso se convierten en grandes patrocinadores de los eventos deportivos de talla mundial, tras los cuáles la familia promedio se reúne a disfrutar. Toda una contrariedad y problemática para el gobierno del país más poderoso del mundo.

Como Estados Unidos, la mayoría de países del mundo han emprendido campañas públicas para invitar a sus ciudadanos a la realización de ejercicio. Colombia no ha sido ajena a este fenómeno, pues a pesar de ser un país en vías de desarrollo la obesidad viene creciendo entre sus habitantes y con estas las enfermedades que desencadena o agrava. Pesada carga financiera para un sistema de salud que en la actualidad no pasa por sus mejores momentos. Hemos visto como en muchas ciudades y pueblos las personas se están animando a correr, a practicar deportes de conjunto y como en parques y escenarios deportivos se ha vuelto una constante la instalación de los llamados gimnasios al aire libre, dotados de elementos para que grandes y chicos de manera gratuita hagan ejercicio sin la excusa de no tener dinero para pagar una mensualidad en un gimnasio privado.

Hacer ejercicio se ha vuelto prácticamente en una necesidad para los seres humanos del siglo XXI, la actividad física regular y de acuerdo a las necesidades y condiciones de cada individuo es ahora un seguro de vida que ofrece ventajas para un mejor bienestar. No importa tener un cuerpo de revista o realizar diariamente pesadas rutinas de ejercicios, unos cuantos minutos diarios que dediquemos a movernos serán un beneficio para nuestra salud. Subir escaleras en lugar de usar el ascensor, montar en bicicleta para movernos por la ciudad o incluso dedicar unas horas al baile son buenas acciones para mantener una vida saludable. Cada uno de nosotros debe también comprometerse a animar esa tendencia de actividad física, procurar llenar los parques y gimnasios e invitar a otros a hacerlo, porque más que una moda, el ejercicio es una cuestión de salud.

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Autor: Dr Carlos Zuleta Bechara Médico General, graduado de la Universidad del Sinú sede Cartagena y especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva de la Pontificia Universidad Católica de Argentina en Buenos Aires.

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